miércoles, 6 de mayo de 2020

¿El multiverso King?


La mayoría de las historias de Stephen King se desarrollan en pequeñas ciudades del estado de Maine, donde el mal permanece oculto entre las sombras hasta que es despertado por la imprudencia de alguno de sus personajes. Muchas de estas ciudades las vemos repetidas en multitud de sus novelas. Tal es el caso de Castle Rock (en las que se sitúan historias como La tienda, Cujo o la zona muerta) o Derry (It, El cazador de sueños, Insomnia). Esta circunstancia constituye una costumbre muy común en muchos escritores (por ejemplo mis cuatro novelas están situadas en la isla de Mallorca), pues el tener un conocimiento más personal y auténtico de la localización, donde transcurren los hechos, dota a la novela de un mayor realismo.

Sin embargo, una de las particularidades que más atrae a los asiduos lectores del maestro del terror es la conexión existente entre todas sus novelas. Se han creado multitud de teorías sobre este hecho, hasta el punto de que incluso podemos encontrarnos con varios mapas que describen, con una exactitud rigurosa, las interconexiones existentes en lo que se ha venido a denominar el multiverso King. En mi humilde opinión, encuentro alguna de ellas exageradas e incluso me atrevería a decir que sorprenderían al mismísimo Stephen King, que, conociendo su sentido del humor, daría las gracias por hacerle ver algo de lo que ni el mismo se había percatado.

Todo esto viene a colación de que actualmente estoy releyendo la que es considerada por muchos como la mejor colección de relatos cortos escrita por Stephen King: El umbral de la noche (1.978). En ella nos encontramos con el relato “El misterio del gusano” (escrito en forma de diario al más puro estilo de Drácula y que se desarrolla en Jerusalem’s Lot, más conocido por Ben Mears como Salem’s Lot).

Casi en la parte final nos encontramos con el siguiente párrafo:

Él vive todavía en algún lugar de los tortuosos y oscuros recovecos que se enroscan debajo de Jerusalem’s Lot y Chapelwaite… y Eso todavía vive. Al quemar el libro se frustraron los planes de Eso, pero hay otros ejemplares.
Estas palabras me hicieron pensar que posiblemente Stephen King ya tuviera en mente al personaje de la que yo considero la mejor obra del maestro: IT (Eso).

Si no es así, posiblemente yo mismo esté sucumbiendo a la maldición que se cierne sobre los asiduos lectores de sus novelas, viendo cosas donde no las hay, llenando mi mente de pensamientos que me arrastran hasta lo más profundo del oscuro abismo, donde todos flotan, y en el que me sumerjo irremediablemente con cada maldita palabra escrita por su infernal pluma.

En tal caso estoy perdido… pues no puedo dejar de leer.

                                                                                                              J.R Frau Castro
                                                                                          25 Octubre 1968 – ¿¿ 06 Mayo 2020 ??




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