sábado, 3 de febrero de 2024

La larga marcha

 

Título: La larga marcha

Autor: Stephen King (Richard Bachman)

Año: 1.979

Editorial: Ediciones Martínez Roca / Círculo de lectores

Páginas: 280

Género: Ficción distópica

Días de lectura: 18

 

 

La larga marcha es la segunda novela que Stephen King escribió bajo el seudónimo de Richard Bachman. Aunque fue publicada en 1979, fue la primera novela que Stephen King escribió, incluso antes de Carrie. Según declaraciones del propio autor, la creación de esta novela se sitúa entre 1966 y 1967, durante su etapa de estudiante en la universidad de Maine.

 

La razón principal de que Stephen King escribiera bajo seudónimo la encontramos en la enorme facilidad y rapidez con la que escribía una novela tras otra en aquel tiempo. Por consejo de sus editores, y con la intención de no saturar el mercado con sus obras, decidieron crear a Richard Bachman, permitiendo de esta manera no frenar la capacidad creadora de Stephen.

 

Richard Bachman ha publicado un total de siete libros, entre los que yo destacaría la polémica Rabia (1977), La larga marcha (1979), El fugitivo (1982) llevada al cine e interpretada en su papel principal por Arnold Schwarzenegger (aunque con un guion
bastante diferente al de la novela) y Maleficio (1984).

 

La trama de La larga marcha gira en torno a la participación de cien chicos adolescentes en una prueba  que consiste en caminar sin interrupciones, y que finaliza cuando únicamente quede uno de ellos en pie, que será el que gane el gran premio. Cada vez que un concursante infrinja una de las normas en las que se basa la larga marcha, como parar de caminar o incluso bajar el ritmo por debajo de la velocidad mínima permitida, recibirá un aviso por parte de los soldados encargados de velar por el correcto cumplimiento de las reglas. Solamente se pueden recibir tres avisos; uno más y el caminante obtendrá el pasaporte. Todo parecería normal si no fuera porque “recibir el pasaporte” significa pagarlo con la vida a través de la ejecución pública.

 

A lo largo de la novela, los jóvenes participantes, que curiosamente, y sin explicación alguna, son todos chicos, caminan por carreteras y autopistas, jaleados por un público que asiste al evento como si fuera un acontecimiento nacional de gran interés. Los caminantes son vistos como ídolos por una sociedad que se emociona con ellos, pero que también se excita ante sus ejecuciones, que son consideradas como algo natural. Aquí vemos un ejemplo de cómo el ser humano llega a normalizar acontecimientos o situaciones que, si bien en su naturaleza primigenia se pueden calificar como aberraciones inmorales, debido a su continuada práctica terminan por aceptarse como algo normal y cotidiano. Cada día vemos noticias sobre guerras en las que muere gente, catástrofes mundiales, niños que pasan hambre… sin embargo permanecemos impasibles ante ello, asumiendo que forma parte del día a día.

 

A mi parecer, podríamos comparar la larga marcha como una metáfora de la supervivencia en la vida. Desde que llegamos a este mundo, iniciamos un camino sin retorno en el que nos relacionamos con multitud de gente que viaja a nuestro lado. Nuestra relación con ellos podrá ser afectuosa o adversa a nuestros intereses personales. Muchos de los que nos acompañan perecerán durante el trayecto, pero nosotros deberemos seguir siempre hacia adelante. Al final, nuestro triunfo en la vida va a depender en gran medida al gran esfuerzo que pongamos en afrontar las contrariedades que se interpongan en nuestro camino, pero también nos aprovecharemos de la ventaja que nos ofrezca el fracaso y la caída de nuestros competidores. Si logramos permanecer en pie, por encima de todos los demás, alcanzaremos el éxito.

 

Para mí ha sido un placer leer uno de los primeros libros que escribió Stephen King, pues considero que su primera etapa como escritor es la más interesante. Su lectura no me ha defraudado y una vez más he disfrutado de la lectura del que considero mi autor favorito.

 

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