Sé que Miquel va a
alucinar. Creo que esta vez me he
superado. Fue una buena idea pedirle a Marta que me dejase las llaves de esta cabaña abandonada en medio del bosque. De todas formas ella está fuera del país y no volverá hasta dentro de seis
meses. Cuando Miquel entre por esa puerta y me vea aquí, desnuda y esposada a
esta columna, va a flipar. Seré su esclava; podrá hacer conmigo lo que quiera.
Esto de jugar a “aquí te pillo y aquí te mato” creo que ha sido la mejor solución para arreglar nuestros problemas de pareja. El sexo es muy importante para seguir unidos, y estos juegos han conseguido mantener la llama encendida. ¡Vaya subidón que llevo! He dejado la llave de las esposas a posta, junto con la ropa, en el otro dormitorio, para hacerlo más emocionante. No tengo manera de liberarme y no hay nadie en varios quilómetros a la redonda. Solo él sabe dónde encontrarme y cuando venga a salvarme de este cautiverio, me entregaré a él; a mi único salvador. ¡Ufff! Creo que me estoy excitando yo sola, esta vez va a ser la bomba.
Esto de jugar a “aquí te pillo y aquí te mato” creo que ha sido la mejor solución para arreglar nuestros problemas de pareja. El sexo es muy importante para seguir unidos, y estos juegos han conseguido mantener la llama encendida. ¡Vaya subidón que llevo! He dejado la llave de las esposas a posta, junto con la ropa, en el otro dormitorio, para hacerlo más emocionante. No tengo manera de liberarme y no hay nadie en varios quilómetros a la redonda. Solo él sabe dónde encontrarme y cuando venga a salvarme de este cautiverio, me entregaré a él; a mi único salvador. ¡Ufff! Creo que me estoy excitando yo sola, esta vez va a ser la bomba.
***
Carretera comarcal de
Inca, Mallorca.
—¿Qué tenemos, Alex?
—Miquel Costa Pérez, de 36 años.
Al parecer iba con exceso de velocidad y se salió de la calzada. Ahora los
bomberos están intentando excarcelar su cuerpo sin vida, o lo que queda de él.
—¿Han avisado a sus familiares?
—Estamos intentando contactar con
su mujer, Susana Martínez García, pero no contesta al móvil y no está en su
domicilio. Hemos llamado a su trabajo y nos comentan que está de vacaciones. Nadie
sabe dónde se encuentra en este momento.
—¡Joder! Alguien tiene que saber algo. Cualquiera diría que se
hubiera perdido en medio del monte.